domingo, 8 de noviembre de 2009

Modigliani

Debo reconocer mi debilidad por los libros de pintura, en particular por aquellos finamente editados y con excelentes ilustraciones. No sólo me gusta mirar -más bien admirar- las obras de arte (pinturas, esculturas, grabados, etc.), sino también saber acerca de la vida de los artistas y el contexto en que fueron creadas estas obras. La editorial Taschen es especialista en esta materia, pero a veces los resultados son irregulares. Mi última compra fue Modigliani, cuyos textos están firmados por Doris Krystof. Nada que decir respecto de la calidad de las ilustraciones de las pinturas y esculturas: nítidas, brillantes y estupendamente bien distribuidas. El problema de este libro de Taschen está en el texto, muy pobre. Es cierto que Modigliani tuvo una vida breve (murió a los 35 años de tuberculosis) y que se desconocen muchos datos de su existencia, pero luego de leer este libro queda la sensación de excesiva mezquindad en cuanto a la investigación realizada. Y el análisis de la obra tampoco es generoso y sólo se queda en la superficie. Austeridad superlativa que impide iluminar a un lector interesado en la obra.














El libro está dividido por capítulos muy sucintos sobre la vida del pintor: sus inicios en Italia, su partida a Francia, su etapa como escultor, su predilección por el retrato, los desnudos y, finalmente, su viaje al sur de Francia.

Modigliani, el inconfundible pintor de retratos de figuras alargadas y líneas redondeadas (algunos aún lo tildan de manierista), sobrio colorido, de mujeres rebosantes de erotismo, belleza y elegancia, merecían un mejor homenaje de Taschen. Imperdonable también por los numerosos errores de tipeo que en un libro de lujosa impresión duelen el doble. Puntuación: **

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